Traemos a este blog un explícito relato de una noche de pesca que ilustra cómo pescar grandes calamares a eging. El pescador describe sus vivencias en la que puede ser una jornada en la cual muchos pescadores de calamares se verán reflejados.

Indeciso por irme a pescar o a casa, por la rasca que hacía. Pero dices… ¡Qué coño, esta noche la lío pescando! Llego al spot o zona de pesca, con la esperanza de pescar grandes calamares a eging, y empiezo a quemarme. Corriente, mar y aire del carajo. Malas condiciones para los cefalópodos, que están más activos preferentemente con mar calma sin viento. Me tengo que adaptar a la noche debido a que el aire y la corriente van a cambiar ¡Y venga a caminar piedras arriba y piedras abajo! Al rato encuentro un rincón donde parecía que el aire soplaba de espaldas y la corriente respetaba algo, y ya hacia las 2 de la madrugada pincho el primer calamar con un eging. Un ejemplar normalito, de esos de ración que alegran un arroz. Una hora más tarde, ya a las 3 de la madrugada, cambio de sitio. El aire gira por completo y me vuelve a entrar de espaldas, encuentro una ventana donde la corriente está muerta, pongo el DTD Diamond Oita que no falla. Al primer lance ya tengo un toque y, al segundo lance, calamar al macuto.

Miro el windy de previsión metereológica y veo que el aire al amanecer me va a respetar. El agua está algo movida, pero almenos la corriente me viene de cara. Decido asentarme en la roca donde estaba y continuar para pescar durante el amanecer. Seguidamente monto un Yamashita Neon Bright color Red (los chipis me lo hicieron polvo) y empiezo a tener un baile con los chipis de la hostia, no se quieren clavar, comen mal y decido que a la mínima que note algo le voy a cascar una clavada. Efectivamente, empiezo a pescar un poco ladeado para notar el movimiento del egi en todo momento. Rasco, rasco rasco y ¡Clavo! El tercero a la bolsa para eso de las 6 de la madrugada.

Empieza lo mejor de la jornada, después de una hora de inactividad empiezan a asomar los primeros rayos de luz. Tras toda la noche cansado, frustrado y amargado ya de tantos lances, desesperado por el parón en la actividad de los calamares, decido montar el DTD Diamond Oita naranja, jibionera que pescando durante los amaneceres y atardeceres, siempre me dá algún buen troncho. Lanzo lejos y le dejo hacer su suculenta caída, llega al fondo el egi y un chipi le ataca, el cuarto ya estaba fuera. Desclavo rápido y vuelvo a lanzar, pongo la caña en el cañero del macuto y voy a meter el calamar a la bolsa (que sinó alguna rata te da algún disgusto). Cuando me doy cuenta veo el carrete sacando hilo sin parar ¡LA HOSTIA! Cojo la caña rápido, clavo y lo fallo miserablemente ¡asffjdjsjjsjdjsj! Me daba la sensación de que ese no repetía, le doy 2 Jerks muy sutiles y ¡FALCADÓN! Parecía que llevaba el tapón del mar, empieza a gomearme y la caña Fishus SW 83 la pongo al límite. Estos grandes calamares dan carrerones al nivel de los carángidos. En algunos momentos incluso dudé de lo que era, si un gran calamar o un gran pez, por la furia que gastaba. Finalmente, preparo el salabre y lo voy trayendo con toda la paciencia del mundo. El freno del carrete de pesca eging cantando más que una almeja. Me bajo a la piedra le meto el salabre y por culpa del agua lo fallo ¡asdfjfjjfjfjd! Me pega un carrerón y vuelvo a traérmelo, esta vez agotado de la batalla, le meto salabre y lo pongo en seco, me tiemblan hasta los calzoncillos debido al momento. 5 calamares en una noche entre frío y Monsters. Pescar grandes calamares a eging requiere esfuerzo y resilencia. Y no se pescan cada noche. Después de tres porras seguidas, ya tocaba tocar tinta. Seguimos.